La mañana se presentaba interesante cuando llegamos a la Fundación Adsis y organizaron divertidos juegos para que todos los participantes nos conociéramos, y de una manera “misteriosa” para describirnos que íbamos a hacer ese día. Clara, Raquel, Marta, Leticia y a mí, junto con Pedro “el jefe” =), nos tocó ir al Albergue Covadonga, con un bolso (cuyo contenido no nos dejaban abrir hasta que regresáramos). Al llegar al albergue, conocimos al portero, a la directora, y a Asunción (la llamábamos “Asun”) y tras las presentaciones, pasó a enseñarnos a darnos una pequeña explicación de los orígenes, la fundación y demás temas del Albergue Covadonga. Tras la charla, nos lo pasó a enseñar por dentro. Mientras subíamos escaleras, nos fue explicando a qué fin estaba destinada cada área. El primer piso es solo para los hombres, y el segundo para las mujeres. También nos enseño la acogedora casa en la que vivía ella, junto con las demás monjas. Nos llamó mucho la atención una capillita muy muy pequeñita que tenían en su casa, con solo seis sillas y un pequeñito altar.
Luego, ya para bajar, nos presentó al cocinero y a una novicia que venía de Polonia, Marta, y todos fueron muy agradables.
Asun nos explicó cuales eran nuestras funciones de hoy (cortar el pan, poner las mesas, servir a los indigentes, fregar los cacharros….). Estábamos un poco nerviosas pero, yo por lo menos, me llevé una agradable sorpresa con la gente que entraba. Todos eran muy amables y siempre te daban las gracias. A cada una (y a Pedro también), se le asignó una mesa a la que atender y servir. Al irse la gente, nos dispusimos a recogerlo todo y Asun nos invitó a comer allí, con Marta (POR CIERTO, el cocinero, ESPECTACULAR). Tras comer, fregamos y terminamos de recoger. Marta nos enseñó las dos últimas salas que nos faltaban por ver: El taller de velas (solo una palabra: INCREIBLE) tenía miles de figuras de ceras hechas por ellos y eran preciosas (dragones, águilas, pirámides multicolores, personas, animales….); y la sala de TV, donde ellos se reúnen para echarse un sueñecito o, como el nombre de la sla dice, para ver la tele. Nos hizo mucha gracia cuando entramos que estaban puestos los Simpson =). Tras despedirnos de ellos, pasamos a despedirnos de Asun y de Marta, prometiéndoles que les veríamos pronto.
Finalmente, volvimos a Adsis a exponer nuestro día y ver el de nuestros compañeros.
Luego, ya para bajar, nos presentó al cocinero y a una novicia que venía de Polonia, Marta, y todos fueron muy agradables.
Asun nos explicó cuales eran nuestras funciones de hoy (cortar el pan, poner las mesas, servir a los indigentes, fregar los cacharros….). Estábamos un poco nerviosas pero, yo por lo menos, me llevé una agradable sorpresa con la gente que entraba. Todos eran muy amables y siempre te daban las gracias. A cada una (y a Pedro también), se le asignó una mesa a la que atender y servir. Al irse la gente, nos dispusimos a recogerlo todo y Asun nos invitó a comer allí, con Marta (POR CIERTO, el cocinero, ESPECTACULAR). Tras comer, fregamos y terminamos de recoger. Marta nos enseñó las dos últimas salas que nos faltaban por ver: El taller de velas (solo una palabra: INCREIBLE) tenía miles de figuras de ceras hechas por ellos y eran preciosas (dragones, águilas, pirámides multicolores, personas, animales….); y la sala de TV, donde ellos se reúnen para echarse un sueñecito o, como el nombre de la sla dice, para ver la tele. Nos hizo mucha gracia cuando entramos que estaban puestos los Simpson =). Tras despedirnos de ellos, pasamos a despedirnos de Asun y de Marta, prometiéndoles que les veríamos pronto.
Finalmente, volvimos a Adsis a exponer nuestro día y ver el de nuestros compañeros.
Comentarios